Como una tela de araña que se teje con el tiempo, resistente como la esperanza, delgada como la sonrisa.
Luego de partir, no hay quien mantenga la firmeza de su tela.
Tacto: Es lo primero que se pierde, cada centímetro de distancia y tus poros comienzan a extrañar. Te das cuenta que esa piel era parte de ti, y que al no estar te sientes de alguna manera, discapacitado.
Gusto: Algunos dicen que es un sabor dulce, para mi es algo indescriptible. Algunos dicen que se torna amargo con el tiempo, para mi sigue siendo indescriptible.
Olfato: Cada persona tiene su aroma en particular, y éste se encuentra en todo lo que me acompaña. Inevitablemente las partículas se liberan y se confunden en el aire y se desvanecen, son reemplazadas por nuevos aromas, por más que uno quiera retenerlas, es como un poco de agua sobre la palma de tu mano.
Audición: El más peligroso, te hace sentir tan cerca y a la vez tan lejos. Confunde el tiempo y el espacio, es un juego de tu mente en tu contra, aparece en tus sueños y pesadillas y se aferra a ti para que sigas recordando su voz. Pero como todo sonido, cada vez más débil y con más ruido, termina siendo irreal.
Visión: Lo último que se pierde, esas imágenes se mantienen con el tiempo, te hacen recordar lo vivido y añorar el pasado. Pero nada es perenne, y es así. Las imágenes cada vez son menos nítidas, cada vez con menos movimiento y menos naturalidad. Esos colores ya no son los mismos, esos rostros cada vez más nublados, distorsionados y abstractos.
¿Alguna vez han prometido un "Nunca te olvidaré"?
Al final, nos queda algo que no es posible catalogarlo como "sentido", y es nuestro recuerdo.
Al pasar los años solo recuerdas que alguien estuvo ahí, contigo, y que ya no está.