Tuesday, November 10, 2009

Cinco Sentidos

En mis cinco sentidos pude tenerte, uno por uno y todos a la vez.
Como una tela de araña que se teje con el tiempo, resistente como la esperanza, delgada como la sonrisa.
Luego de partir, no hay quien mantenga la firmeza de su tela.

Tacto: Es lo primero que se pierde, cada centímetro de distancia y tus poros comienzan a extrañar. Te das cuenta que esa piel era parte de ti, y que al no estar te sientes de alguna manera, discapacitado.

Gusto: Algunos dicen que es un sabor dulce, para mi es algo indescriptible. Algunos dicen que se torna amargo con el tiempo, para mi sigue siendo indescriptible.

Olfato: Cada persona tiene su aroma en particular, y éste se encuentra en todo lo que me acompaña. Inevitablemente las partículas se liberan y se confunden en el aire y se desvanecen, son reemplazadas por nuevos aromas, por más que uno quiera retenerlas, es como un poco de agua sobre la palma de tu mano.

Audición: El más peligroso, te hace sentir tan cerca y a la vez tan lejos. Confunde el tiempo y el espacio, es un juego de tu mente en tu contra, aparece en tus sueños y pesadillas y se aferra a ti para que sigas recordando su voz. Pero como todo sonido, cada vez más débil y con más ruido, termina siendo irreal.

Visión: Lo último que se pierde, esas imágenes se mantienen con el tiempo, te hacen recordar lo vivido y añorar el pasado. Pero nada es perenne, y es así. Las imágenes cada vez son menos nítidas, cada vez con menos movimiento y menos naturalidad. Esos colores ya no son los mismos, esos rostros cada vez más nublados, distorsionados y abstractos.

¿Alguna vez han prometido un "Nunca te olvidaré"?

Al final, nos queda algo que no es posible catalogarlo como "sentido", y es nuestro recuerdo.

Al pasar los años solo recuerdas que alguien estuvo ahí, contigo, y que ya no está.

Saturday, January 3, 2009

Empezar denuevo

Volver a crecer, pero esta vez a una velocidad superior. Aprender lo que se dice, aprender lo que se escucha, aprender lo que se vivió y lo que aún no. Hay que comprender y pertenecer a ese espacio circundante y usar un similar diccionario lingüistico.

¿Y qué hacer? rendirse a sus costumbres y mimetizarse con la masa.
¿Y qué hacer? seguir siendo un extranjero y luchar cada día para no olvidar.


Wednesday, December 31, 2008

Perennifolio


Nació con las últimas gotas del invierno, creció para no morir jamás, era el comienzo de una vida eterna, el anhelo de cualquier mortal.

Se alimentó de esencias y pureza, su infancia fue más bien tranquila, viendo como otras de su especie crecían a su alrededor, y como algunas de naturaleza diferente morían al llegar el otoño, dejándose llevar por el viento en un vaivén azaroso, estrellándose contra tierra, desapareciendo.

Al pasar los años sentía que su vista disminuía, cada vez los "individuos" de la tierra se veían más pequeños. Ya no era capaz de visualizar a las pequeñas hormigas que buscaban su alimento entre las piedras. Pensó que estaba quedando ciega.

-¿Qué haré si no podré ver? ¿Vivir en la oscuridad para siempre? No quiero una vida así.
-Ilusa! - Alguien grita desde abajo.
-¿Quién ha sido, quién eres? - Responde sorprendida.
-Te he observado desde que apareciste en este mundo, he visto lo feliz que has sido pensando en tu inmortalidad, y ahora que crees perder la vista lo único que has hecho es rendirte. En realidad has estado ciega todo este tiempo y no te has dado cuenta que el árbol al que perteneces también está creciendo. Ilusa!

Esta masa sólida comprendía mejor que ella la realidad de su alrededor, encontró alguien de quién aprender, comenzó a escuchar. Entendió su nombre y el de su nueva amistad.

Conversaron durante algún tiempo, cuando ya por la distancia se hacía inaudible, la hoja esperó el invierno, cada gota de agua fue mensajera. La piedra esperó la primavera, así con los primeros destellos de sol hacía reflejar la luz en la humedad de su cuerpo, respondiendo con memoria fiel cada mensaje recibido.

Al llegar el verano carecían de lluvia y humedad, abundaba la soledad. Fueron meses de silencio. Al inicio del otoño, divisó algunas nubes acercarse, así como su esperanza de poder responder la última pregunta que recibió de la piedra, ambas desaparecieron: Nubes y esperanza.

La desesperación fue más fuerte, la necesidad de sentir la compañía de la piedra provocó su perdición: Le pidió a un ave que desgarrara sus piernas y que la dejase caer. Librándose de su seguridad, ignorante de su destino se entregó al viento.

Mientras descendía, la felicidad la embriagaba, mas al mismo tiempo su conciencia se desvanecía. Al llegar a tierra, la vida de la hoja ya no existía.

- No hacía falta que intentases responder mi pregunta, sabía tanto de ti que ya conocía la respuesta. Y lo he corroborado con tus acciones. Si tan solo hubieses sentido la calidez del viento, si tan solo hubieses visto las nubes provenientes del sur, hubieses entendido el por qué de esta lluvia.